De la Episiorrafia al "punto para el marido": ¿es necesario?
- GV Media
- Aug 23, 2018
- 3 min read
Eric Fernández Santiago - GV Media

Ya casi es un procedimiento común en partos naturales. La episiotomía se realiza en mujeres que tienen parto vaginal. Consiste en un corte quirúrgico hecho en la vagina, precisamente en el perineo. Este se hace bajo la justificación de "facilitar la salida del bebé", aunque no haya evidencias científicas que demuestren la necesidad y los beneficios de ese procedimiento en situaciones normales.
Pero hay que volver a coser esa herida. Ese procedimiento se llama episiorrafia y consiste en cerrar con puntos la episiotomía. En muchos casos, además de cerrar el corte, algunos médicos dan un punto más, sin necesidad ni autorización, y lo llaman "punto para el marido".

Para Stephanie Tillman, enfermera matrona de la Universidad de Illinois en Chicago, y autora del blog "The Feminist Midwife" (La Matrona Feminista), la sola idea del punto para el marido representa la constante misoginia inherente al cuidado médico. “El hecho de que exista siquiera una práctica llamada el punto para el marido es un ejemplo perfecto de la intersección entre la cosificación del cuerpo de las mujeres y el cuidado sanitario. Por mucho que intentemos eliminar la sexualización de las mujeres del cuidado obstétrico, el patriarcado va a encontrar la forma de colarse”, afirma Tillman.

Algunos médicos creen que tienen el derecho de decidir sobre el cuerpo de la mujer al hacer un punto más en el periné. El punto para el marido, o el punto para papá, es un punto de sutura extra que se da durante el proceso de “reparación” de una episiotomía o un desgarro producido en un parto vaginal, supuestamente para estrechar la vagina y así aumentar el placer de la pareja sexual varón de la mujer a quien se le practicó. Esta práctica está lejos de ser algo que concierne a la salud de la mujer y es un grave tipo de violencia obstétrica.

Este procedimiento compromete la autonomía de la mujer sobre su propio cuerpo en niveles absurdos por sólo tener como único objetivo la satisfacción masculina a costa de su propio bienestar. La práctica tiene secuelas como dolores postoperatorios y dolores durante las relaciones sexuales que pueden perdurar para toda la vida. Esta práctica se realiza con frecuencia sin la autorización de la mujer o es "vendida" con información incompleta, sin evidenciar el impacto físico, emocional y moral que puede causar.

Dice el doctor Robert Barbieri, jefe de obstetricia y ginecología y biología reproductiva del Brigham and Women’s Hospital de Boston: ”En los 50 y los 60 se enseñaba a la gente que las episiotomías rutinarias eran buenas para la mujer. Lo que se pensaba era que si hacían una episiotomía rutinaria, tendrían la oportunidad de repararla y de que durante la reparación podían crear un perineo mejor".

Se estima que en 1983, más del 60% de las mujeres ya habían pasado por una episiotomía en los Estados Unidos. Pero a comienzos de los años 80, se publicó una investigación de alto nivel sobre las episiotomías, que demostraba que las episiotomías rutinarias causan justamente los problemas que se pensaba que evitaban, dejando a muchas mujeres con más traumatismos en los tejidos y otros problemas a largo plazo, incluyendo relaciones sexuales dolorosas.

Para el 2005, el Journal of the American Medical Association publicó un análisis sistémico donde no encontró ningún beneficio en el uso rutinario de episiotomías. Años después, en un análisis realizado en 2017, pensando que lo encontrado en el 2005 era irelevante, tampoco se pudo identificar ningún beneficio para la madre o el bebé en las episiotomías rutinarias. Hoy en día, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda que los clínicos prevengan y gestionen las laceraciones propias del parto con estrategias como los masajes y las compresas calientes, en lugar de hacer cortes en el perineo. Las nuevas directrices han impactado los partos en los Estados Unidos. En 2012, se practicaron episiotomías sólo en el 12% de los nacimientos, comparado con el 33% en 2002.

“Todavía hay médicos que lo hacen rutinariamente y, por alguna razón, piensan que es más limpio y mejor para la gente, a pesar de todos los estudios que dicen lo contrario. Lo hacen como les da la gana”, afirma Tillman. “Es esencialmente una forma de poder que ejercen sobre los cuerpos de las mujeres, como diciendo ‘Los médicos podemos hacer esto bien pero tu cuerpo no puede'”.

En un artículo para su blog, la médico obstetra Melania Amorim explicó que la episiotomía es una agresión y mutilación vaginal cuando se practica sin el consentimiento de la madre. Además de causar dolor, demora en cicatrizar, causa pérdida de la sensibilidad o hipersensibilización, requiere más puntos que una laceración natural y revienta con más facilidad.
El punto para el marido es una visión machista y preconcebida que demuestra la falta de fe en la capacidad del cuerpo femenino para parir y aún querer reconstituir la naturaleza para satisfacción sexual del hombre.
Comments