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Educaron y se jubilaron. Que se les pague…

  • Writer: GV Media
    GV Media
  • Mar 28, 2018
  • 2 min read

Eric Fernández Santiago - GV Media


En días recientes surgió la noticia de que la Iglesia Católica de Puerto Rico no quiere pagar lo que se les adeuda a los miles de educadores retirados de la Superintendencia de Escuelas Católicas en pensiones, gracias a un fideicomiso que ya existía, y del que el Arzobispo de San Juan “desconocía” de su existencia.


En ese entonces, el Tribunal de Primera Instancia ordenó a la Iglesia Católica a pagar unos $4.7 millones en pensiones en esas primeras 24 horas de la orden o sus cuentas bancarias serían embargadas. Pero como toda película de mafia organizada, el Arzobispado de San Juan logró por medio de sus abogados paralizar que embargaran sus cuentas bancarias y así evitar el pago de las pensiones a las maestras y maestros retirados de escuelas católicas.

¿A qué vamos con esto? Desde que la Iglesia Católica se edificó con San Pedro como su primer Papa, siempre ha recibido fuertes críticas por sus finanzas. No han administrado bien las finanzas. De hecho, están en déficit, pero cada vez mejoran un poco en sus deudas (en especial las altas demandas por casos de acoso sexual a menores, pero eso otro tema). El Vaticano, sede de operaciones de la iglesia, tiene $920 millones en acciones, bonos y oro. Sus reservas de oro, en la Reserva Federal de Estados Unidos, asciende a solo $50 millones. El Vaticano por lo general gana entre $15 y $25 millones en sus inversiones. O sea, invierte dinero, gana un poco y de ahí se saca para pagar las cuentas.


De toda esa suma operacional, el Arzobispado de San Juan debe recibir una cantidad alta para poder operar en todo Puerto Rico. A eso súmale los miles y miles de dólares que recogen todos los fines de semana en ofrendas por parte de los feligreses. También puedes sumarle la millonada que estos colegios católicos hacen anualmente en matrículas. Colegios como Notre Dame, San José, San Juan Apóstol, Nuestra Señora del Pilar, entre otros, generan suficiente dinero para poder pagar estas pensiones a sus maestros retirados.


Es increíble cómo estos educadores que se fastidiaron el lomo educando a nuestros hijos sobre 30 años y que no se les page lo justo en pensión de retiro, que honradamente se ganaron. Se merecen cada centavo que se les adeuda.


¿Saben qué me sorprende? La reacción de monseñor Roberto González, máxima autoridad católica en Puerto Rico al enterarse del casi embargo a las cuentas bancarias de la iglesia: “Que los abogados respondan”. Se le preguntó si la iglesia en Puerto Rico tiene el dinero disponible para pagar, a lo que respondió: “dudo mucho eso. Yo no tengo conocimiento, yo estuve casi dos años aquí y nadie me dijo de eso, estuve aquí sin tener conocimiento que existiera ese fideicomiso”.


Mire, mi hermano, con esa mentira a otro. Paguen lo que deben.

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